CIBERMAGAZINE

lunes, 3 de mayo de 2010

Los S-eguid-O-re-S del indi/electro/pop invaden Murcia

Según las cifras de la organización, unas 30.000 personas de fuera de la Región de Murcia acudieron a la cita del S.O.S. 4.8 Festival 2010 . Junto con los 5.000 autóctonos que se pasaron por allí, los enchufados de turno que consiguieron acreditaciones V.I.P., medio centenar de periodistas, y unos cuantos listillos que lograron colarse, consiguieron hacer vibrar el recinto de La Fica, a ritmo de Fran Ferdinanz, Orbital, y Fat Boy Slim, entre otros.

Revelaciones autóctonas
 

Mucha gente tenía algo que celebrar en este festival, pero unos chicos que cumplían un añito lo hicieron por todo lo alto: desde un escenario y haciendo bailar a toda su audiencia. ‘The Leadings’, un grupo murciano que lleva tocando 365 días (más o menos) consiguió, desde el escenario Jägermeister, dejar un buen sabor de boca a una audiencia casi virgen en su música, pero receptiva.
Cabe destacar la sincronización de las proyecciones con la música, entre las que se encontraban imagines del fil 'Metrópolis', o escenas de películas eróticas en blanco y negro.





Atrezo, disfraces y mensajes en trozos de cartón


Un festival como el S.O.S. no es solo un evento cultural en el que disfrutar de buena música, conferencias y bebidas ortodoxas o exóticas varias; es un lugar donde poder expresarse libremente, ya sea en un escenario o a pié de pista. Burritos chicanos rojeras, orejas de gatita, globos con la forma del hermano gemelo malvado de Bob Esponja, gafas de sol para todos los gustos y un montón de prendas de vestir inimaginables ayudaban a la gente a sentirse ellas mismas, en un entorno de libertad en el que todos volvemos a ser un poco niños: cantan, bailan, y juegan mientras que dejan que la música, el buen rollo, y algún que otro aliciente más o menos natural, permitan olvidar los problemas del día a día, como el alto porcentaje de paro que merma a la juventud española.


La organización también puso su grano de arena para colaborar en toda esta alegoría: en una explanada en la que confluían los escenarios Jägermeister y el de Estrella Levante, una montonera de cartones con mensajes escritos cubría el suelo, como si de una alfombra ilustrada se tratara. Nadie se lo dijo, pero la peña lo pilló al vuelo: la gente cogió los carteles y los expuso con las manos alzadas: 'Niño de papá', 'Concha de tu madre', o 'Chúpame la teta' eran algunos de los textos que adornaban las cabezas de los felices asistentes.







Fran Ferdinanz

El cabeza de cartel del viernes, Franz Ferninand, empezó poniendo toda la carne en el asador, para deshincharse al final del concierto. Las canciones del último disco no triunfaron tanto los clásicos que todos tarareaban, pero en general, la gente parecía satisfecha cuando las luces se apagaron.

http://www.youtube.com/watch?v=djusGhJ87rE&feature=related

Tormenta de hielo y fuego

El cambio climático también asistió al festival, aunque nadie lo hubiera invitado. La jornada del sábado estuvo marcada por el azar de la climatología: un sol de castigo fue sucedido por una lluvia torrencial con granizo; a continuación, sol de lluvia que quemó la retina de todos los que no llevaban unas buenas gafas de sol, y por la noche, neblina baja alternada por cielo despejado que permitía ver a la luna menguante a tres cuartos.

Madnes

Todo un clásico, sin duda. Si los Blues Brothers hubieran pasado unas vacaciones de verano en Jamaica, habrían hecho una Jam Sesion con los Madnes de buena gana. Sus ritmos regue-ska mezclados con pop clasico británico, y un toque de blues, hicieron bailar a los SeguidOreS hasta el casi-agotamiento

http://www.youtube.com/watch?v=dsOEIBuYCBk

Orbital

Tras el toque de color de los Madnes, el escenario Estrella Levante se cubrió de un pesado manto de música tecno de la mano de Orbital, sumiendo a la audiencia en una danza rítmica y acompasada. Un gran preludio para lo que se avecinaba.

Camping infernal


El Consistorio local informó que el SOS había conseguido agotar todas las habitaciones disponibles de la ciudad. Los que no fueron tan previsores o no contaban con el dinero, tuvieron que conformarse con el camping oficial: ubicado en el Campus universitario de Espinardo (a una media hora en coche del recinto musical), fue calificado como “campo de concentración” por algunos de sus residentes. Una explanada de tierra sin apenas sombra, y unas duchas insuficientes que dejaron de funcionar por la mañana, ocasionaron una veintena de lipotímias (según informó el telediario de TVE) y que la organización tuviera que emitir un comunicado disculpádonse, y achacando los fallos a la inexperiencia. Los más listos decidieron echar la Quechua en el primer lugar que encontraron, mucho más cerca de los conciertos, en el jardín que hay frente a la Diputación Regional, o en la primera calle que pillaron.

El chico gordo y delgado


Con casi una hora de retraso (probablemente por la espada de Damocles en forma de lluvia que pendía sobre el festival) empezó el más esperado: 'El Chico Gordo y Delgado' (o 'Fat Boy Slim', en V.O.). A diferencia de otros grandes grupos del género que también fueron cabeza de cartel en ediciones pasadas de este festival, como los 'Quimical Brother' o los 'Two Many Djs' (en cuyas bandas dos Djs hacen sonar la música), el 'Chico Gordo y Delgado' se basta el solo para hacer disfrutar a la audiencia. Incluso tuvo el detalle de remezclar ‘La canción del mariachi’ de la película 'Desperado', cantada por Antonio Banderas, para su agradecido público español.

http://www.youtube.com/watch?v=y-n1CyctwgI

Una barrera humana barre a 35.000 personas al ritmo del Danuvio azul

Y tras 'Fat Boy Slim', el Danubio azul (de Johann Strauss) cerró el festival, como ya lo hizo en ocasiones anteriores. Y en contra de lo que pueda pensar cualquiera que no estuviera allí, siendo las 6:30 de la mañana y tras unas cuantas sesiones de música electrónica, la gente no salió corriendo a dormir la mona o a seguir con la fiesta en el after más cercano, sino que se quedaron bailando este vals del Siglo XIX; ya fuera en solitario, en pareja, o en grupos. E inmediatamente después de que sonara la última nota, una barrera humana perfectamente coordinada y unida por un precinto policial barrió a las 35.000 almas presentes en el recinto, haciendo pasar a lo que quedaba de los asistentes por el redil de la puerta de salida, cual corderitos.


Texto: Cuco
Fotos: Cuco
Vídeos: Youtube (BokaSecaMan)