CIBERMAGAZINE

domingo, 17 de julio de 2011

Etnosur 2011: viaje a las raices de la música



 

(Alcalá La Real, Jaén. 17-07-11) El ser humano nació en África. Y con él, todo lo que nos hace ser dignos de tener alma: la música, la danza, la pintura… El Festival Etnosur 2011 (Alcalá La Real, Jaen) invitó a los 30.000 asistentes a realizar un viaje espiritual hacia las raíces del arte, a través de ritmos africanos, danzas ancestrales y dibujos sobre lienzos de piel. 



 

 
Talleres que enseñan desde a hacer una máscara africana a reirse de uno mismo; proyecciones cinematográficas, sol, timbaladas, piscina, mercadillo, circo, conferencias, desfiles de moda, tatuajes, conciertos, más sol; bikinis, pasacalles, malabaristas, cariocas, pistolas de agua, tatuajes, mucho-más-sol ; bodypainting, aspersores-microclima, comida exótica, camping, pisos ‘patera’… y alguna otra sombra donde refugiarse, son algunos de los ingredientes más sabrosos de este festival.

Ante la crisis, ingenio

Al igual que en las otras catorce ediciones anteriores, la entrada al Etnosur costaba 0 euros. No obstante, en los tiempos en los que vivimos, hasta eso puede resultar caro (ya que nadie subvenciona la priva, el papeo, la gasolina…). Por ello, muchos de los asistentes trajeron un plan para poder costearse el festival: más allá del mercadillo y de los típicos lateros, había gente vendiendo papel de fumar, mecheros, pasteles de marihuana, masajes reiki o de crema solar, broches artesanales, pinturas corporales… Otro de los grandes ‘negocios’ presentes en este singular festival es el reciclaje: los vasos donde se consumen las bebidas (de plástico duro, colores chillones, y adornados con versos o mantras) cuestan un euro, pero si encuentras alguno por el suelo y lo devuelves a la barra, te reintegran el importe. Gracias a esto, El recinto del Etnosur es el más limpio de cuantos he estado: los vasos que se caen al suelo, duran allí escasos minutos.



Femi Kuti and The Positive Force


La banda de Femi Kuti se llama ‘Fuerza Positiva’,  y os aseguro que no es un nombre elegido al azar. Sus ritmos Afrobeat (mezcla de jazz, funk y música tradicional africana con un toque de hip-hop) arrancaron los aplausos de una audiencia que parecía casi hechizada, en parte, por la hipnótica danza de las coristas. El buenrrollismo de las melodías contrasta con la dureza de algunas de sus letras, que denuncian al mundo las injusticias del día a día en Nigeria y la corrupción generalizada de la clase política africana.


La rave y otras leyendas urbanas

Cuando amanece en el Etnosur (06:30 a.m. + ó -) y cesa la música en su escenario principal, una muchedumbre de miles de personas, expulsadas del recinto, buscan desesperadamente un lugar donde continuar la fiesta. Hasta la treceava edición del festival, una rave clandestina situada en el descampado sur adyacente al recinto hacía de oasis para los insomnes festivaleros; pero desde hace un par de años las autoridades locales no la permiten.

Como ocurre con otros tantos hechos legendarios, aunque la Etnosur-rave haya ‘muerto’, su leyenda perdura. Es por ello que, si te quedas parado diez minutos en cualquiera de las calles del pueblo, podrás ver a manadas de personas con aspectos de zombi que, corriendo como pollos sin cabeza en todas las direcciones posibles, se preguntan los unos a los otros “¿sabes donde está la rave?”

Los más veteranos se sientan cerca de sus coches, a escuchar un poco de buena música, y contemplar esta performance involuntaria mientras terminan lo que quede de alcohol y tratan de reconciliarse con el sueño. Otros pocos afortunados, no mas de un centenar, pudieron bailar un poco de rock (el cual suele brillar por su ausencia en este festival) en una improvisada fiesta en la estación de autobuses, que no aparecía anunciada en ningún panfleto oficial.  

Texto: Cuco
Fotos: Cuco